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50 años del "un, dos , tres" INFORMACIÓN

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Como nos temíamos desde esta columna, el 50 aniversario del Un, dos, tres no pudo ser más descafeinado. En puridad, se limitó a que el programador de turno solicitase al responsable del Archivo ni más ni menos que cuatro programas. Ahí acabó todo.

Sin mover un dedo, sin el menor esfuerzo, a coste cero, y lo que es más triste, sin emplear ningún recurso imaginativo. Por un lado, se recuperó el Imprescindibles dedicado a Chicho Ibáñez Serrador (no era su aniversario, sino el de un programa; la obra de Chicho es muchísimo más amplia). También se repitió el último programa de la 1ª temporada del concurso (1973) y el primero de la 3ª (1983), que ya habíamos visto hace poco en Tesoros de la tele. Por ciertos, ambos de madrugada y sin darles demasiada visibilidad. Para completar la desordenada programación, se emitió un Viaje al centro de la tele más que visto, el domingo a las diez de la mañana.

Si nos paramos a reflexionar, el único que se tomó en serio el cumpleaños fue el redactor de Cultura de los informativos del fin de semana, Luismi Palao, que el domingo 24 concentró en una pieza de dos minutos la esencia de lo que significó un programa que ya se emitía veinte años antes de que él hubiese nacido.

Si a alguien debemos agradecer el detalle, pues, debe ser a él. Mientras los días laborables son Áurea Lorenzo, Carlos del Amor y Jose Fernández quienes se ocupan de realizar estas piezas culturales, en los Telediarios del fin de semana, recuperado del extinto La 2 Noticias, es Luismi Palao el que ha sabido hacerse con este goloso caramelo. Gracias a él hubo recuerdo al Un, dos, tres el 24 de abril. Un cumpleaños sin velas ni entusiasmo.

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