Entran los recuerdos por la puerta de la memoria. La vida algunas veces lo ha dejado suspendido en el aire y le ha exigido paciencia y fe. Y en el camino usted ha tenido la gran suerte de conocer a personas que han aliviado sus pesares y lo han ayudado a levantarse después de contar hasta tres. “Hay almas a las que uno tiene ganas de asomarse -decía Lorca- como a una ventana llena de sol”. Una vela amarilla durante los siete días de la semana, sin falta.
Algunos piensan que a usted le encanta estar alerta siempre, con los cinco sentidos, en la lucha. Y no, quisiera vivir desprevenido, al ritmo de las tamboras, pero no puede, se vería envuelto en muchos líos. Además, quienes son inofensivos en apariencia, en realidad son tigres de bengala que muestran los colmillos y atacan en la noche. Usted es capaz de ver que la realidad no es de ensueño, no se engaña. Velas rojas, muchas velas rojas.
De acuerdo con el ocho de copas del Tarot, su silencio es prudente, en vista de las especulaciones que vienen de todos lados y alteran. Sin embargo, el no decir nada, aumenta el desamparo de sus compañeros de trabajo, quienes aprecian su criterio, reconocen su honestidad y valentía y lo siguen. Usted no retuerce la realidad para que responda a lo que conviene, como pasa en este tinglado de mentiras. Velas blancas, muchísimas velas blancas.
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