El presidente y el capitán soplan las velas del cumpleaños centenario de la Ponferradina. / E.Jiménez

Cien años se dicen pronto pero es un siglo y en este caso, un siglo de sentimiento blanquiazul, de amor por unos colores que representan a toda una tierra, el Bierzo. Y el Bierzo y Ponferrada, se han rendido a un club con historia, su historia.

La Ponferradina, o la Deportiva o la Ponfe, ha querido que su afición, esa que la ha acompañado en los buenos pero sobre todo en los malos momentos, celebraran con ellos a lo grande este 7 de junio, fecha del nacimiento del club.

Con un Toralín entregado, que no ha dejado de animar en ningún momento desde el inicio del acto, el club berciano presentó a todos sus equipos, desde los grupos de la Escuela de la Ponferradina pasando por la última incorporación, el equipo Genuine, hasta llegar a la primera plantilla. Un total de 30 equipos que recibieron todo el cariño de la familia blanquiazul.

Uno a uno, comenzando por el ya ex entrenador, Jon Pérez Bolo, salieron al campo bajo los aplausos de los aficionados. Destacaron sobre todo las entradas de Bolo y Ríos Reina, ya que ambos no estarán en las filas bercianas la próxima temporada.

Jon Pérez Bolo se despide de la afición blanquiazul. / E.Jiménez

Después, el capitán que lleva dirigiendo el barco de la Deportiva durante 20 años, el presidente José Fernández Nieto, quiso rendir homenaje a todos los que han formado parte de la familia de la Ponferradina, «a aquellos que han hecho al club centenario» y destacó el sentimiento que despiertan los colores blanco y azul. «Con la Deportiva hemos vivido las mayores alegrías y hemos aprendido a superar los momentos más difíciles», aseguró.

También quiso reconocer el trabajo de la primera plantilla durante la temporada del centenario y deseó «lo mejor en los retos personales y profesionales» a quienes abandonan el club.

Regalos de camiseta, música con Benjamin y Patxi Pérez que cantó el himno ganador del concurso del centenario, el cumpleaños feliz cantado por la afición y una tarta pusieron el broche final a los actos, que concluyeron con un espectáculo de fuegos artificiales.

El punto y seguido perfecto para seguir escribiendo la historia de la Ponferradina.