La creencia popular señala que los colores son una forma de diálogo con nosotros mismos, con el Universo y con los demás. Así cada color está asociado a un sentimiento, deseo, agradecimiento, pensamiento, etc.
Prender velas es una forma de decorar o armonizar el ambiente y son muy útiles en la meditación.
En todas las culturas se ha hecho uso del fuego como elemento metafórico de evolución, asociándolo al espíritu y a la purificación.
Cada color vibra a diferentes frecuencias, lo cual puede facilitar la fuerza de las meditaciones y a crear ambientes mágicos en la decoración.
Azul: estimula la reflexión y la calma, para momentos en que se requiere gran concentración.
Rojo: color asociado al fuego, al cambio, al amor y lo sexual. Se usa en magia para atraer al ser amado y cuando se inician proyectos
Blanco: se asocia con la pureza, con lo inmaculado y la luz divina. El blanco se usa en para purificar ambientes y atraer cosas armónicas, es un color que atrae paz y ayuda a elevar el ánimo cuando hay depresión.
Morado: color místico, asociado a la transmutación de la energía y a la acción mágica o espiritual.
Dorado: asociado a la sabiduría, el nacimiento y la renovación. Nos ayuda a tener una mente más abierta y a despertar una espiritualidad más entendida y consciente
Verde: se asocia con la salud, el crecimiento, la esperanza, renovación y lo fresco. Asociado al cuarto chacra, que es el del corazón, por lo que además se asocia con las relaciones, la amistad y el amor, pero sobre todo, el amor a uno mismo.
Marrón: para ayudar encontrar el sentido a los problemas y favorecernos en tiempos difíciles de las experiencias que parecen no tener solución.
Naranja: asociada con la creatividad, la inteligencia y el poder. Este color se relaciona con el chacra segundo, el chacra sexual o de la creatividad.
Amarillo: para atraer el dinero y bienes materiales. El color amarillo se asocia, si como el dorado, con la sabiduría, ayudan a vitalizar ambientes y a cargarlos de energía fluida y nueva.